Al jugar tenis por muchos años, descubrí que ganar o perder no es lo único que cuenta, sino que disfrutar en la cancha resulta más importante.
Entendí que al frontón no se va a pegarle a la pelota lo más fuerte posible. La idea es encontrar con paciencia ritmo y regularidad; adquirir disciplina, y aprender a estar solo, enfocado únicamente en la tarea de pelotear contra el muro.
Me percaté que es normal, y hasta positivo, estar un poco nervioso antes de un partido de torneo.
Constaté que quienes se encuentran match ball en contra o a favor, se hallan igual de tensos y ansiosos ante la disputa de ese punto crucial.
La vida me enseñó a reconocer y aceptar mis fortalezas y debilidades, tanto técnicas como tácticas. La experiencia me demostró, también, que es mejor invertir más horas de entrenamiento potenciando virtudes, que corrigiendo defectos.
Comprendí que, aunque las cosas vayan de mal en peor mientras transcurre el partido, el rival siempre te va a dar una oportunidad. Y hay que identificarla y aprovecharla.
Capté que no siempre gana quien le imprime más potencia a la bola. Existen otros recursos de semejante o mayor efectividad, como variar efectos, trayectorias o presionar en la red.
Me di cuenta que una pelota sin peso complica al adversario, ya que debe generar toda la velocidad que desea traspasarle, lo que suele terminar con la bola fuera de la pista.
Entendí que no todos los puntos valen lo mismo, y que distinguir los claves resulta vital.
Concluí que el slice no solo sirve para defender, y que debemos acortar la preparación de los golpes, cuando el oponente nos apura demasiado.
El tiempo me hizo valorar, lo mucho que significa ganar una primera vuelta en un campeonato, junto con enseñarme que nunca tienes que mirar el cuadro, más allá de la próxima ronda.
Percibí que de las derrotas se sacan las lecciones más valiosas. Eso me convenció que todas las vivencias sirven, las buenas y las malas.
Porque son precisamente mis fracasos, dentro y fuera de la cancha, los que me han permitido entender de mejor forma a mis alumnos.
Arturo Núñez del Prado
Periodista
Profesor de Tenis
arturondp@gmail.com