Los ambiciosos planes del Campeón Olímpico:
El capitán de Copa Davis disfruta guiando a los niños de su academia: “Si el día de mañana estoy sentado en el box de Roland Garros o Wimbledon viendo jugar a uno de los chicos que ayudé, sentiré una alegría enorme”. El ex tenista quiere meterse de lleno como coach en el circuito profesional.
“Cuando termina la carrera de un tenista, lo que viene no es fácil, porque tú te acostumbraste a un estilo de vida, a un ritmo, que después es otro. El primer año es entretenido, porque estás haciendo lo que no pudiste antes, porque no tuviste tiempo. Ya en el segundo empiezas a ver qué hacer…”, resume Nicolás Massú, quien en 2013 puso punto final a su carrera de jugador, para luego empezar a reinventarse.
Hoy, con 38 años, el hombre que en Atenas 2004 regaló una de las mayores alegrías deportivas de la historia del país al colgarse dos oros olímpicos, el mismo año que alcanzó su mejor ranking (9°), tiene claro que siempre vivirá ligado al tenis: “Estoy desde los cinco en esto; a los 11 me fui a entrenar a Villa Alemana con el ‘Nano’ Zuleta. Y estuve con él hasta los 21. Y cuando anuncié mi retiro, ya a las pocas semanas era capitán de Copa Davis. Luego empiezas a pensar qué cosa quieres hacer, y así nació la idea de mi academia”.
-¿Cómo ha sido trabajar con niños?
“Hay un potencial enorme acá, sé qué es lo que se necesita, y ojalá yo hubiera tenido las mismas facilidades que hoy tienen estos chicos. Cuando tenía 11 años debía viajar todos los días una hora hasta Villa Alemana, donde el ‘Nano’ tenía la academia. Luego íbamos al gimnasio en el centro. Había que trasladarse siempre de un lugar a otro”.
-¿Siente que puede ayudarles en lograr sus metas?
“Me gusta separar las cosas, porque cada persona, cada deportista es distinto. Obviamente que los resultados son importantes, porque motiva a los chicos o los papás ven que su esfuerzo vale la pena. Acá hay varios que están dentro de los mejores de Chile, que les está yendo bien en Sudamérica, y si el día de mañana estoy sentado en el box de Roland Garros o Wimbledon viendo jugar a uno de los chicos que ayudé, sentiré una alegría enorme”.
-Distinto a su labor como capitán de la Copa Davis, donde trabaja con adultos.
“Es que siempre quise ser entrenador. La Copa Davis ha sido mi mayor motivación desde chico. Nunca olvido la primera vez que fui a un estadio y vi a la gente haciendo el ‘Ceacheí’, viendo imágenes de cuando Chile llegó a la final de la Copa Davis en el 76, cuando fui llamado de invitado la primera vez… Hoy llevo casi cuatro años como capitán y es algo que me motiva mucho, aunque es cierto también que es muy puntual porque jugamos pocas veces al año”.
-Entonces le dejaba mucho tiempo libre y se abrió a otras posibilidades.
“Exacto. Yo quería algo más constante. Necesitaba tener algo que me motivara a levantarme en las mañanas. Decir ‘voy a mi lugar de trabajo, sé que tengo que cumplir con esto’. Y se me dio la oportunidad: Iván Zamorano me abrió todas las puertas y ya en diciembre cumpliré dos años. Hemos crecido gracias al gran grupo de trabajo con el que cuento”.
-¿Y qué tal fue haber guiado también a una tenista profesional?
“Fue una gran experiencia: mi primera oportunidad de trabajar de coach , no con un hombre sino con una mujer, que, además, ya estaba metida dentro de las 30 mejores del mundo, como Christina McHale, una chica de 25 años. No nos conocíamos, pero gracias a ella volví a estar durante tres meses en los mejores torneos: Madrid, Roma, cancha Suzanne Lenglen de Roland Garros… La vi jugando con (Svetlana) Kuznetsova, en la cancha central con (Maria) Sharapova, y yo ahí de coach . Viví experiencias nuevas, en un circuito de mujeres donde me atreví a entrar porque necesito seguir aprendiendo…”.
-¿Qué otras cosas le entusiasman?
“Acabo de cumplir 38 años… Tengo las energías, las ganas, me encanta viajar, no sé si para bien o para mal, pero cuando bajo las revoluciones y estoy un mes sin viajar me empiezo a desesperar”.
-¿Se imagina en diez años más?
“O sea, me encantaría. Sí tengo claro una cosa: ahora quiero ser uno de los mejores entrenadores del mundo. Y esto (la academia) quiero tenerlo siempre. Pero también necesito esa motivación, del día a día, estar en los torneos importantes. Una cosa es sacar un niño, formarlo, saber que le incentivaste, pero otra es estar en los torneos importantes, los mismos donde estuve veinte años. Ir a Wimbledon, Roland Garros, US Open, toparte con gente conocida. Este año con Christina volví luego de seis años, porque al final de mi carrera estuve lesionado, y me topé con gente con la que conviví tantos años. Estar en el vestuario de nuevo preparando un partido, ya no como jugador…”.
-¿Y no le entusiasmaría tener sus propios hijos?
“Mi vida es lo que es, es lo que ha sido. No me levanto en las mañanas preguntándome qué es lo que podría pasar… Simplemente sigo viviendo día a día, y la vida a veces te sorprende, a veces no. Entonces, tal como me preguntaste: yo estoy preparado con cualquier cosa que pase con mi vida, pero sigo pensando en el día a día. No me preocupo mucho del futuro, ni tampoco de mi pasado. Vivo el hoy”.
-Pero si tuviera un hijo, ¿le gustaría que fuera tenista?
“No, lo que ellos quieran ser. Me encantaría que si el día de mañana me pasara, que fuera como me formaron a mí: mi familia siempre apoyó las decisiones que quise tomar, obviamente aconsejándome: ‘Nosotros pensamos esto, ‘Nico”, ‘creemos esto, aunque igual te vamos a apoyar’. Nunca me presionaron en nada, porque mis padres siempre priorizaron mi felicidad. Tuve mucha suerte por tener la familia que tuve”.
” Soy de la idea de que en Chile se puede hacer un buen tenista. Fernando (González) también tiene su academia, lo que me parece espectacular”.
” El tenis nunca te cansa. Te puedes alejar uno, diez años, pero casi todos vuelven. Hasta el ‘Chino’ (Ríos) volvió”.
” Acabo de cumplir 38 años… Tengo las energías, las ganas, me encanta viajar (…) Cuando bajo las revoluciones me empiezo a desesperar”.
FUENTE: economiaynegocios.cl