Antofagasta, al igual que casi todas las regiones del país, también vivió una disgregación de clubes y una enorme cantidad de conflictos, producto de otro personaje que durante dos décadas, al amparo de José Hinzpeter manejó el tenis de manera antojadiza. Hoy, afortunadamente ya no está en el sillón “vitalicio” que ocupan quienes dirigen el tenis a lo largo de nuestra geografía, pero el daño y los efectos colaterales que dejó son innegables: Tomás Ávila.
Coincidentemente, el árbol genealógico “político”, al igual que Sergio Bruna, lo llevó a ser consanguíneo del más siniestro de todos los integrantes del sillón mayor, como es la presidencia de la Federación de Tenis (José Hizpeter) a quien le juró amor eterno y la entrega hasta el último momento de su voto de asociación, heredando la patudez de hacer suyo lo que no le pertenece.
Afortunadamente, Juan Bugueño logró lo que parecía imposible, como fue en ese momento sacar de la zona de confort a un presidente que nunca llamó a elecciones, pero que logró dar el golpe de estado tan necesario para ver la posibilidad de reimpulsar la actividad en la Perla del Norte. “Acá el tenis estuvo estancado durante años y hoy estamos pagando las consecuencias”, señaló Bugueño.
El señor Ávila manejaba todo en familia: su señora (Jeanette Ortega) era secretaria de la asociación y tenía operando al interior de la misma a un profesor de tenis que es su cuñado (Telmo Sandoval del Canto). Además, la asociación era su casa, ubicada en un sector acomodado de Antofagasta (calle Nuehuin con Lumaco en Coviefi), la cual era el centro de operaciones de torneos mal organizados, movimientos turbios de dinero y negociaciones para que los clubes facilitaran sus canchas a un precio mínimo para mediante un alto costo de inscripción obtener ganancias. Esto, sin menospreciar el aporte que la Fetech entregaba para esos efectos (2 millones aprox por torneo) y los viajes con el equipo de Copa Davis, incluso a torneos en el extranjero.
Después la vida de los Ávila – Ortega se llenó de glamour: vehículos y vestuario ostentoso, lo cual dista de un sacrificado oficio de profesor (además dejó de ejercer estando en la presidencia de la Asociación) y una esposa que aprovechando su situación operaba como secretaria y se daba el lujo de ir a los torneos con tarros de pelotas y cobrarles una alta suma a los juniors para comprarlas o de lo contrario, sacarlos de participación arbitrariamente.
Y no sólo eso: todos los movimientos y transacciones las manejaba a su antojo. De hecho en 2014 “limpió” la cuenta de la asociación y se fue con la suma de 12 millones para el bolsillo: “Una vez que logramos instaurar una directiva provisoria en Antofagasta, congelamos la cuenta de la Asociación, la dejamos en stand by y abrimos otra cuenta, pero en el intertanto ese dinero había desaparecido,habían retirado todo de la cuenta, señaló Carén Huentupil”. Es importante destacar que el único que siempre hizo los movimientos y tenía acceso a la misma era Ávila.
Carén fue una de las principales opositoras de Tomás Ávila y debió soportar lo peor: “eran muy prepotentes para expresarse, no me respondía cuándo le hablaba, ni siquiera cruzaba miradas. Un día me gritó ´déjate de webiar pendeja de mierda´incluso inventó romances para perjudicar mi relación de pareja”, agregó Huentupil. Es más, a Hinzpeter le decía “pepe, es una cabra chica, no es creíble”.
De hecho, recibió una carta donde la desafiliaban de la Asociación de Antofagasta y no podía jugar en ningún club de la zona. “Me mando correos con amenazas y con su señora abrieron un canal de pelambres a partir de mi sanción para desacreditarme”, complementó.
“Viajábamos a nacionales de tenis con mis hermanos en condiciones precarias, porque él llevaba a su familia a los torneos. Esta y tantas situaciones generaron disconformidad de todos, pedíamos llamar a elecciones y nunca pasaba nada. Fue así como inicié movimiento para sacar a Ávila, reuniendo a presidentes de los diferentes clubes y tratamos algunos temas urgentes como los torneos y todas las irregularidades existentes”, agregó.
Huentupil en ese entonces era coordinadora de deportes en el club de tenis Ferroviarios y formó parte de la directiva. “Enviamos muchas cartas al Coch (Comité de Disciplina) y fue una lucha constante junto a Edgardo Pizarro tratamos de solucionar tema, empezamos a moverle el piso, tenía ganas de mejorar las cosas y fue así como viajamos a Santiago a hablar con Hinzpeter”.
La respuesta no fue satisfactoria: Los echó de su oficina y ratificó a Ávila en su cargo.
Precisamente Edgardo Pizarro, socio del club de tenis Antofagasta, asumió cargo de Director hace 8 años atrás.“Haciendo uso de mis atribuciones me pregunte porque no se hacían elecciones, cuando las pedíamos eran pospuestas. Estábamos chocando con un muro”, nos comentó.
Incluso, en un momento se acudió a la prensa local. Lo que no estaba en los cálculos de Huentupil y Pizarro era con el hecho de que El Mercurio de Antofagasta en el momento más complejo, actuó en complicidad con la contraparte: la dupla Ávila – Hinzpeter.
La historia es la siguiente: después de tanta presión, Ávila llamó a elecciones en el Hotel Radison y llegó acompañado de su escudero (Hinzpeter), señalando arbitrariamente que “Tomasito” había sido reelegido. “Pescaron sus cosas y nos dejaron hablando solos y al otro día en el diario, sale proclamación de Ávila a sabiendas de la irregularidad del proceso”, dijo Huentupil.
Ya la situación estaba llegando al punto de ebullición y la señora Jeanette Ortega fue a la casa de Huentupil para amenazarla, incluso le ofreció dinero a cambio de silencio.
También trataron de hacer negocios con Pizarro: le ofreció una máquina lanza pelotas para arrendarla u otros servicios para obtener dinero a costa de otros.
Afortunadamente llegó el golpe de estado: “Tomás nunca regularizó sus papeles y quedó fuera con su asociación conformada por clubes truchos. Nosotros juntamos tres clubes (Autoclub, Antofagasta y Universidad de Antofagasta). Con personalidad jurídica fuimos al IND dando vida a la asociación que existe actualmente, haciendo desaparecer la que creó Ávila. Se mató sólo. Nosotros presentamos papeles y fuimos aceptados, estamos a la espera que el resto regularice su situación y están con las puertas abiertas para ser incorporados y participar de proyectos”, concluyó Bugueño.
Por: Rodrigo Sánchez