Recuerdo que fuiste mi primer tenista entrevistada cuando inicié mi camino cubriendo este hermoso deporte.
En ella me hablaste de tu padre con mucho cariño, con demasiada admiración y un agradecimiento único, no sólo en su rol de progenitor, sino también en el apoyo constante, entregando la motivación necesaria día a día en tu decisión de querer abrazar este deporte tan hermoso: el tenis. Y él siempre estuvo ahí, en las buenas y en las malas.
También recuerdo que me contaste que juntos golpearon muchas puertas, que siempre remaron contra la corriente. Eran momentos complicados, necesitabas financiamiento para impulsar tu carrera y ni la empresa privada ni la FETECH entregaban mensajes alentadores…pero él siempre estuvo ahí, sacó recursos de donde pudo y nunca perdió el optimismo y eso fue un enorme envión anímico para ti.
De él sacaste la esencia del luchador y lo llevaste a la cancha, por distintas partes del mundo protagonizando batallas históricas en el circuito, en la Fed Cup y por supuesto en lo cotidiano, en los entrenamientos y en todo lo que involucra la compleja vida de un tenista.
Alguna vez pudiste abandonar, cuando en Europa viajabas de ciudad en ciudad, sin recursos, con casi nada de comida, sin entrenador, completamente sola, pero el principal sostén fue tu familia y claro, tu amado padre: don Jorge Seguel.
En otra ocasión en 2016, estabas en Brasil y durante un torneo habías tenido una jornada maratónica y te quise entrevistar. Recuerdo que me pediste un par de minutos para hablar con tus papás. Ellos siempre estuvieron primero, incondicionales, no importaban los calambres y el agotamiento, no importaba nada.
Después saliste campeona en tres sets. Era tu duodécimo título en el campeonato ITF 25K de Campos do Jordao.
Ahora él ya no está. No era la forma en que debió haber ocurrido, nunca pensé que sería así, pero estaba contigo, en tu hábitat, en el lugar en que siempre te ha querido ver, luchando en el rectángulo de arcilla, disfrutando tu letal derecha invertida, tu vitalidad, tu mentalidad ganadora y tu tenis lleno de arrojo.
Será el destino, será porque hay un Dios que es justo, pero 2017 empezó de la mejor forma, con una épica actuación en la Fed Cup (final de la Zona I Americana ante Canadá), en la cual fuiste el estandarte del equipo y hoy campeona del ITF de Barcelona tras superar en tres disputados sets a la francesa Amandine Hesse. No podía ser de otra manera.
Y qué coincidencia: justo llega este importante triunfo en el día del padre.
Sé y entiendo cómo estás. Sólo por medio de esta carta quisiera expresar la alegría que siento, al igual que el equipo de Tenis Chile. Alguna vez François Mauriac señaló que “La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo”. Sé que te hubiera gustado estar con él y compartir este lindo día con tu familia.
Dani: sigue luchando por tus sueños, como lo hiciste con tu padre. Has superado el partido más difícil de tu vida, vive el duelo, para nadie es sencillo y para cualquiera doloroso. Ten por seguro que don Jorge adquirió el mejor asiento, en el palco de honor y desde ahí seguirá disfrutando tus triunfos.
¡Felicitaciones y a seguir por la senda del éxito!
Por: Rodrigo Sánchez