Con 26 años Hugo Dellien alcanzó los cuartos de final del ATP 250 de Santiago, algo impensando hace algunos años atrás para un tenista que pasó por el retiro, las fiestas, el alcohol y montó una empresa de fabricación de hielos.
Nacido en la localidad de Trinidad dentro de Santa Cruz en Bolivia, decidió radicarse en Buenos Aires Argentina a los 18 años, hoy es 78 del mundo y sueña con el top ten.
“Quiero llegar al Top 10. Con todo lo que viví en este último año me di cuenta que podría y me puse objetivos más altos”, asegura el número 1 de Bolivia.
“No tenía ni para hacer la pretemporada el 2015. Seguí jugando Interclubes y la Copa Davis por la plata y algunos Futures, pero dejé de entrenar. Los primeros dos meses vivía más de noche que de día, comía y dormía mal, salía con mis amigos, tomaba alcohol y subí mucho de peso. La pasé increíble, pero después me di cuenta de que no estaba haciendo nada con mi vida. Estaba retrocediendo. Algo tenía que hacer‘“, recuerda.
Tomó todos sus ahorros y los invirtió en una fábrica de cubitos de hielo junto a su padre. Entonces, una visita a un club de Santa Cruz al acompañar a su hermano menor a un torneo le generó un clic en la cabeza.
“Cuando llegué muchos chicos se acercaron a preguntarme por qué no jugaba más y a pedirme que vuelva. Como había estado viviendo en Argentina no me había dado cuenta que con lo poco que había logrado, me había transformado en un referente para ellos. Eso me hizo pensar muchísimo. Y dije ‘No puedo abandonar sin dejar el cien por ciento’“, asegura.
A fines de 2016, con 23 años, empezó de nuevo, se fue a México donde Eduardo Medica que no le cobró un peso. Tras dos meses de pretemporada, jugó su primer Future en Weston, Estados Unidos, en enero de 2017. Se llevó el títuló y no paró más. Ese año lo arrancó 746° del mundo y terminó 241°. En 2018, ganó su primer challenger en Vicenza, Italia, y repitió el festejo en Savannah y Sarasota, Estados Unidos.
El 2019 gritó campeón en los challengers de Milán y Santiago, además de llegar a cuartos en el ATP 500 de Río de Janeiro y hacer historia en Roland Garros.
Consumado especialista en tierra batida, Dellien está haciendo reverdecer en la memoria de sus compatriotas el mayúsculo éxito cosechado en la década de los 80 por Mario Martínez, quien llegara a ser top-35, ganando tres títulos y teniendo en su haber el último triunfo de un jugador boliviano en un torneo de alto nivel, como fue la victoria ante Sergio Casal en Roland Garros 1984.
Su final fue abrupto por diversas lesiones, y dramática su vida tras el tenis, encontrándose ahora mismo en prisión tras ser condenado por abusos sexuales a diez años de cárcel. Bolivia necesitaba un nuevo ídolo y Dellien parece tener las armas suficientes para erigirse en el mismo.
“Lo que viví en París fue increíble. Fue cumplir un sueño. Nunca vi tanta plata junta” esto tras ganar la primera ronda, algo que un tenista de su país no conseguía hace 35 años.
“Cuando volví a Bolivia después del torneo fue una locura. Tuve que hacer una mini gira como si fuera un artista, visitando clubes de diferentes ciudades. Increíble”, cuenta entre risas.
Y cierra: “Hoy mi vida es totalmente diferente a como era hace un par de años. En 2018 me casé y hoy vivo en Cañitas con Camila, mi mujer, que también era jugadora. Y en mi carrera pasó todo muy rápido. En un año pasé de jugar un Future a compartir vestuario con jugadores como Federer o Nadal. Fue muy fuerte y al principio raro porque no te sentís parte. Decís ‘Qué hago yo acá’. Pero hoy ya soy uno más. Una locura”.