Llegó la hora de las evaluaciones y junto con ello el momento de analizar lo que fue 2017. Sabemos y estamos conscientes de que hubo cosas buenas, principalmente de parte de aquellos que hacen un enorme esfuerzo personal por hacerse camino en el tenis. Sin embargo, no debemos perder el foco ni caer en discursos populistas.
1.- “Pensar lo peor”, es correcto dado el contexto actual del tenis chileno, con una deuda cuantiosa (aún no reflejada por quienes están a cargo de transparentar lo cuantitativo), sin una presidencia ni directiva que pueda dar curso a la enorme cantidad de demandas de todo el mundo del tenis. No olvidemos que el castillo de arena se derrumbó por incompatibilidades entre el presidente anterior (Óscar Rojas) e interventor, quien entre otras cosas tomaba decisiones arbitrarias y antojadizas (ejemplo, designación de Head Coach, Carlos Marchant en desmedro de quien había ganado de manera justa y clara el concurso para adjudicarse el puesto, Paul Capdeville).
2.- “Concretar con creces cada compromiso”, es un tanto antojadizo, les doy sólo un ejemplo: Circuito Escolar de Tenis Federado, el cual sólo recibió la mitad del aporte total de parte de la ITF (existen dudas con el buen uso de ese 50% abonado a la Fetech), no llegaron ni las cajas de pelotas ni los trofeos ofrecidos a regiones y el valor de inscripción ofrecido por quienes dirigieron este proyecto superó ampliamente el costo estipulado…¿tenis de inclusión? ¿Oportunidades? Es verdad que la participación fue masiva, pero no es como lo pintan estimados señores.
3.- “Administración externa”: Aún esperamos información relacionada con cifras, directa y clara, que refleje cuál es la deuda actual de la Fetech y de qué forma se han ido saneando diversos compromisos. Por otro lado, aclarar el sistema de remuneración de quienes tienen intervenida la federación y si realmente el 10% de cada proyecto se va directo a los bolsillos sin concursos ni sorteos. Eso evitaría las especulaciones de que se está a la espera del gran proyecto de 2018 para cerrar con broche de oro esta difusa jugada: Copa Davis Chile vs Ecuador 2018.
4.- “Asociaciones”: seguimos bajo el arbitrio y quorum de lo que decidan los presidentes del tenis en regiones. Ya hablé ampliamente de su lamentable actuar y la forma en que han estancado este deporte en sus distintos escenarios. Aquí estamos ante herederos de José Hinzpeter que mantienen prácticas poco éticas, peladores, cahuineros y algunos que faltan a la verdad. Una pena el que algunos de ellos digan que Tenis Chile miente, las grabaciones están con cada cosa que dijeron y lo que este periodista solicitó. Demuestren lo contrario y que este medio ha faltado a la verdad. Decir que “hay dirigentes que hacen mal las cosas, pero hacen algo por el tenis”, es una respuesta mediocre ante tanta irregularidad. Si ensuciar la actividad es denunciar malas prácticas, entonces guardemos silencio y seamos cómplices por “omisión”. Estamos en las manos equivocadas.
5.- “Capacitación”: existen reticencias al respecto. Se está a la espera de un modelo que mida la real capacidad de quienes desean seguir una carrera como entrenadores, categorizar y por cierto estandarizar procesos. Ejemplos como el de Canadá, Francia u otros países que operan en base a resultados y respuestas idóneas a los proyectos evaluables y tangibles, es una tarea y el siguiente paso que debe darse. Sea quien sea que lo haga.
En el resto estoy de acuerdo, también en el discurso de apoyar cada uno desde su vereda. Estamos a la espera de que ello suceda o 2018 será un año nuevamente de discrepancias y quizás de tristes decisiones y falta de apoyo de importantes aliados estratégicos: ITF, Comité Olímpico, IND, empresa privada y tantos otros que anónimamente aportan al desarrollo y fortalecimiento de la actividad.
¡Felices fiestas y que viva el tenis chileno!
Por Rodrigo Sánchez