Durante esta jornada se desarrollaron los cuartos de final del torneo más prestigioso del circuito tenístico anual: Wimbledon.
El tradicional campeonato disputado en Londres, goza de excelente salud a sus 130 años y pese a mantener sagradas tradiciones en su desarrollo (la indumentaria estrictamente blanca y el descanso del primer domingo de torneo) se ha abierto a la modernidad con el techado de una de sus canchas centrales, para hacer frente a las inclemencias del mal tiempo, sacando ventaja en ese ámbito a Roland Garros que aún no concreta la meta de cubrir sus courts centrales.
En el caso de los chilenos, estos han sido espectadores irregulares de la contienda inglesa, consignándose tres actuaciones para el recuerdo: en 1997 Marcelo Ríos (un reconocido detractor del césped) alcanzó los octavos de final en lo que fue su mejor presentación en el “pasto sagrado”.
Aquella vez, el “Chino” eliminó a Mahesh Bhupathi en primera ronda (en lo que fue un gran anticipo para la serie de Copa Davis que jugaría Chile en India donde Ríos ganó los dos puntos que jugó, uno de ellos precisamente ante Bhupathi) con parciales de 6-4, 6-4 y 6-3. En segunda fase enfrentó al holandés Dennis Van Scheppingen al que derrotó por 6-2, 6-3, 6-7 y 7-6. Para tercera ronda, el oriundo de Vitacura dio cuenta de otro jugador de Holanda, John Van Lottum, quien fue derrotado por 7-6, 6-3, 6-7 y 6-4 por Ríos.
En octavos de final, el desafío asomó casi insalvable desde el inicio: Boris Becker (ganador del torneo en 1985, 1986 y 1989). Finalmente Ríos se despidió del césped de Londres en tres sets (6-2, 6-2 y 7-6).
Tras la satisfactoria presentación del “Chino”, hubo que esperar hasta 2005 para encontrar otra actuación relevante. Esa vez fue Fernando González, quien escaló hasta cuartos de final del certamen, donde cayó con Roger Federer (quien además se quedó con el cetro ese año) quien jugaba por esos años su mejor tenis en el circuito.
El paso de “Mano de Piedra” por Wimbledon se inició como sembrado número 21 ante el local Alan Mackin, a quien venció en tres sets (6-3, 6-3 y 6-4). En segunda ronda, González también precisó de tres mangas para derrotar al checo Tomas Zib(6-4, 7-6 y 6-3). En tercera ronda, el “Bombardero” recurrió nuevamente a la dosis de tres sets para deshacerse del sueco Joachim Johansson (6-4, 6-4, 6-2).
Recién en octavos de final apareció el primer rival de renombre en el paso del chileno por Londres: Mikhail Youzhny (preclasificado número 31), pero González, que estaba desarrollando un gran tenis en la “Catedral” recurrió a un fenomenal repertorio que le favoreció en el marcador nuevamente en tres sets: 7-6, 7-6 y 6-3.
A esas alturas el lado del cuadro donde estaba el chileno presentaba a Roger Federer y Lleyton Hewitt como amplios favoritos para quedarse con el título. Y fue precisamente el suizo quien aplicó la receta que había instalado al nacional entre los ocho mejores del campeonato: tres sets (7-5, 6-2 y 7-6) y el boleto a semifinales, donde se acercó un poco más a su tercer título en línea en el Grand Slam londinense.
Finalmente, antes de Fernando González y Marcelo Ríos hubo otro chileno, que ocupó un prestigioso lugar en la historia de nuestro tenis. Se trata de Ricardo Acuña, quien en la edición de 1985 se hizo camino en un duro cuadro para inclinarse ante Jimmy Connors en cuartos de final, en lo que constituye (sin desmerecer lo de González) en la mejor presentación de un compatriota en Wimbledon.
Acuña jugó las ediciones de 1983 y 1984 y en ambas llegó hasta tercera ronda, por lo que la versión de 1985 lo encontró con el hambre y el conocimiento de que podía rendir más en la verde superficie. En primer lugar, hay que mencionar que el jugador chileno (133° del mundo en ese momento) sorteó la ronda de clasificaciones (tres partidos), lo que le dio derecho a medirse en primera ronda ante el francés Tarik Benhabiles, al que venció por 6-3, 4-6, 6-1 y 6-2.
En segunda ronda, asomó el primer gran escollo para Acuña: Pat Cash (6° sembrado y ganador del torneo en 1987): ante el australiano, el nacional dio el campanazo y se impuso por tres sets a dos, en lo que fue el mejor triunfo de su carrera (7-6, 6-3, 3-6, 6-7 y 6-4). Las próximas fases pusieron a rivales estadounidenses en el camino de Acuña y a ambos despachó con triunfos en tres sets: primero fue el turno de David Pate (7-5, 6-4 y 6-2) y luego el de Robert Seguso (6-4, 7-6 y 6-2).
En cuartos de final, fue Connors (también de Estados Unidos) quien frenó la ilusión de Acuña, derrotándolo por 6-1, 7-6 y 6-2, con lo que acabó la gran aventura del tenista nacional en suelo británico.
Tras su retiro, Acuña desarrolló una importante labor formativa en Estados Unidos, país donde se radicó. Este 2016, a casi 31 años de su gesta en Wimbledon, el ex tenista hizo noticia al conocerse de un delicado estado de salud producto del Alzheimer, que a sus 58 años se ha transformado en el partido más difícil de su vida.
Sin embargo, la gestión de la USTA (United States Tennis Association) promovió la solidaridad en torno al chileno, recaudando fondos para costear su tratamiento. Es el presente del “Chileno Volador”, como fue conocido en su paso por la edición de Wimbledon 1985, por años la mejor performance de un jugador nacional en la Catedral del Tenis mundial.
FUENTE: www.elagora.net