Desde Miami, el coach que dirigió a Nicolás Massú en su gesta en Atenas 2004, llevó a Andrés Gómez a ganar Roland Garros hace 30 años y encumbró al top 5 a José Luis Clerc, cuenta a “El Mercurio” cómo encara la enfermedad a sus 81 años.
“Voy punto por punto, como en el tenis. No pregunto cuándo va a terminar el partido ni nada. La vida sigue adelante, mientras yo me sienta bien. Sigo haciendo todo normal, salvo ahora por el coronavirus, que no puedo salir del departamento…”, revela Patricio Rodríguez, desde Key Biscayne (Miami), sobre los difíciles últimos cuatro años que han pasado desde que le detectaron cáncer al pulmón.
-Salvo con su familia y sus cercanos en el tenis, usted ha sido muy reservado…
“Son cosas privadas, muy íntimas. Además, cuando uno está así ya lo dan por muerto, como que ya no sirves para nada más en la vida; entonces, es mejor no hablar mucho de eso. Si se van a enterar ahora, bueno… Pero la vida es así”.
-¿Fumaba?
“Nunca. Pero viajaba mucho, y antes en los aviones había mucha contaminación, el humo de los restaurantes a los que uno iba… Todos los lugares cerrados que afectan a los fumadores pasivos. Me tocó a mí, pero qué le vamos a hacer”.
-¿En qué etapa está su tratamiento?
“Me hicieron una ‘quimio’ hace como un mes y están viendo la evolución. En uno o dos días más me van a sacar un PET Scan (estudio) para ver cómo están los pulmones y ahí verán. No había tenido ‘quimios’ los últimos tres años. En el primero tuve varias sesiones durante tres meses, y luego nada. Y este año volvió porque hizo metástasis. Me sacaron sangre esta mañana (ayer), así que ahí vamos. Lo bueno de todo esto es que nunca me he sentido mal, no he tenido dolores. He tenido mucha suerte con eso”.
-¿Ha tenido otros efectos?
“La primera vez se me fue el pelo totalmente, pero después me salió a los pocos meses y ahora se cayó un poquito de nuevo, pero ahí está todavía. En esta época de mi vida eso me da lo mismo. Siempre hay algo de vanidad en esto, pero para eso están los gorros bonitos”.
El pilar familiar
– ¿Vive solo?
“Sí. Tengo cuatro hijos: una de las mellizas (Nathalie y Pauline) vive en Barcelona, la otra en Santiago. Manuel está en el campo en Nogales, y Rafaella, que tiene 11 años, vive muy cerca con su mamá, de la que estoy separado, pero tengo una magnífica relación. Hoy (ayer) me trajo el almuerzo incluso y me ha ayudado bastante. Y cuando los he necesitado han venido mis hijos grandes, que están siempre apoyándome”.
-¿La niña juega tenis?
“Sí, le encanta. Rafaella dice que quiere ser tenista. Desde chiquita nos veía jugar en el campo en Nogales y agarraba una raquetita y le pegaba a la pelota. Ahora está todo parado, pero en tiempos normales le ayudo, pero no le hago clases. Ella va a la academia de Pablo Arraya, quien sabe mucho de tenis. Es una persona muy agradable y la estaba llevando bien, hasta que llegó el coronavirus”.
-¿Estuvo entrenando a alguien últimamente?
“Tenía un chico de Nueva York, Ty Switzer. Muy bueno, de 15 años, pero ya con este asunto se fue con su familia, y creo que cuando pase esto va a seguir por otro camino. Él necesita a alguien que lo lleve a los torneos ITF, porque ya está jugando afuera, y yo no podía acompañarlo. A su edad fue cuando tomé a José Luis Clerc, y es lo que les hace mejorar”.
-‘Batata’ Clerc, Andrés Gómez, Jaime Yzaga, Nicolás Lapentti, Nicolás Massú… ¿Quién ha sido su regalón?
“Todos son diferentes, es difícil la pregunta. Afortunadamente todavía tengo una relación fantástica con todos, salvo uno, pero no voy a entrar en detalles. Pero son como hijos, hermanos, amigos… El primer alumno fue ‘Batata’, y eso te queda marcado, no tenía experiencia, era joven y recién había dejado de jugar. Vivió en mi casa en Nogales, cuando fue N°4 nos fuimos de vacaciones para allá, donde tenía una cancha y lo querían mucho. Otra etapa muy linda que tuve fue con Nicolás Lapentti, Andrés Gómez… Entonces, es difícil decir cuál fue la mejor. Con Massú fueron como dos años no más, pero la relación está muy bien y siempre me llama”.
-Usted estuvo en el momento más importante de la carrera de Massú…
“Exactamente. Eso fue lo lindo. Para mí fue importante aportar para un triunfo de Chile en esos JJ.OO. de Atenas. Siempre había trabajado con extranjeros y trabajé ahí con el ‘Nico’, y él ganó eso que van a ganar muy poquitos en el futuro: dos medallas”.
-¿Se siente agradecido de la vida?
“Sí, este año voy a cumplir 82 años. Tuve una vida bonita. Tengo ocho nietos además. Ya grandes y ligerito alguna de las nietas en cualquier momento me puede dar un bisnieto. Así que seguiré luchando”.
” Yo sé qué va a pasar, pero imagínese si hubiera estado pensando: ‘Me voy a morir, que esto, que lo otro…’. No, hay que vivir la vida nomás como está, tratar de estar con los familiares, los amigos…”.
” Siempre he sido de perfil bajo. He hecho las cosas porque me gustaban, la he pasado bien, he ganado bien, mi vida siempre fue el tenis. No me interesa mucho eso del reconocimiento público, sí que mi jugador me reconozca”.
” Marcelo Ríos es el mejor tenista chileno de la historia. El padre quiso una vez que lo entrenara, pero estaba comprometido con Lapentti. He tenido siempre una buena relación con él. Es un genio. En Chile ha habido grandes jugadores, pero lo de él fue excepcion