La irrupción de Christian Garin hace cuatro años fue explosiva. Con apenas 16 años, el tenista nacional vencía al serbio Dusan Lajovic y avanzaba a octavos de final del ATP de Viña del Mar. Ese mismo torneo en el que estuvo Rafael Nadal y en el que su equipo se enamoró de las virtudes de la joven promesa criolla. Tres meses después, ganaría la versión juvenil de Roland Garros, derrotando en la final a Alexander Zverev, hoy número tres del mundo.
Todo era alegría para el chileno y luego de varios cambios de entrenador y una mudanza a España, pasó a ser el alumno estrella de la Academia de Nadal, entrenando con el tío Toni y haciendo las pretemporadas con el manacorí. Los primeros resultados invitaban a la ilusión: ganó su primer challenger en Lima y venció a Nicolás Almagro, 44 del orbe en ese momento, en cuartos de final de Montevideo. Parecía que al fin llegaría su despegue. Incluso, la primera mitad de esta temporada tuvo buenos matices, como las semifinales de Bangkok y el paso al cuadro principal de Wimbledon, donde le sacó un set a Jack Sock. Esto lo llevó a alcanzar su mejor ranking profesional (187º).
Pero algo seguía faltando. El Tanque no lo pasaba bien en la cancha y su nivel era muy intermitente. No logró defender el título de Lima, por lo que salió del grupo de los 250 del mundo. Esa crisis de confianza lo llevó a borrarse de Montevideo y también de Santiago, donde era uno de los dos jugadores que ingresaron directo (el otro es Nicolás Jarry). Esta decisión lo hará descender más allá del puesto 300, una posición que no le permitirá ingresar a todos los challengers ni a las clasificaciones de los grand slams.
Conocedores de la situación del jugador nacido en Arica, admiten que “ha sido una decisión muy madura y difícil, pero necesaria”. En ese sentido, la apuesta de su equipo es buscar la tranquilidad e iniciar una fuerte pretemporada, que le permita recuperar sensaciones y reencantarse con un deporte del que se espera mucho de él.
De regreso en Mallorca, se encontrará con Toni Nadal, quien después de la participación de su sobrino en Londres se enfocará ciento por ciento en la academia. El mentor de Rafa tiene claro el diagnóstico. “Christian Garin tiene un problema: le ha faltado convicción. Yo cuando lo vi jugar por primera vez en Chile…¡joder! Encontré que jugaba muy bien a aquella edad. Tú tienes que tener convicción de victoria y ganas de triunfar. Yo creo que tendría que intensificar su mentalidad en el juego. Tiene que ir más a por todas, a estar totalmente centrado en lo que es el tenis (…). Tiene golpes muy buenos: su derecha y su saque son muy potentes. Se desplaza bien y mueve muy rápido la mano. He hablado con él bastantes veces este tema”, explicaba a eldeportivo en el último Abierto de Estados Unidos.
A los 21 años, Garin lo sigue intentando, pues tiene tiempo todavía para dar el ansiado salto y cuenta con el respaldo de un entrenador de nivel mundial. Sin embargo, aún debe luchar con los fantasmas que entrampan su despegue.
Por: Matias Alarcón y Carlos González
Fuente: Diario La Tercera