Allá por mayo de 2016, un par de niñas miraban expectantes desde el borde de una cancha de fútbol, como su hermano Matías sorteaba las dificultades que le ponía su equipo rival en la escuela de fútbol de Arturo Vidal en el Club Chicureo.
En ambas, con 7 años de edad, pude apreciar el gozo por el deporte, las ganas por disfrutar, recrearse y lo más importante vivirlo en primera persona.
Se terminaban mis clases de Tenis de ese día cuando las invite a tomar por primera vez una raqueta y sortear, con todo lo que significa, devolver una pelota por encima de la malla. Los primeros intentos fueron como todos, llenos de dificultad, pero el brillo de sus ojos y la sonrisa de sus caras me hacía presagiar que había conseguido dos nuevas incondicionales a este deporte que tanto nos apasiona.
Camila y Florencia Bassi en la actualidad son activas participantes del circuito de Tenis 10 de www.tenischile.com con resultados más que esperanzadores. Ambas ya han conseguido subir más de cinco veces al podio por sus participaciones en cancha naranja, mérito que las convierte en merecedoras de la posibilidad de iniciar la transición hacia la cancha verde de este circuito.
Felices de sus logros, llevan orgullosas a todos lados las medallas y trofeos que les entrega esta competencia, no con el ánimo de vociferar sus triunfos, dado que su humildad ha sido parte importante de los resultados que han conseguido, sino con la firme convicción de que su esfuerzo y dedicación ha dado frutos.
Hoy con 10 años cada una y no conociendo todas las dificultades que conlleva el volverse profesional en este deporte, cada una responde por el deseo de ser campeonas por Chile en este deporte y convertirse en jugadoras WTA.
¿Debemos privarlas de este sueño?
Por: Patricio Escalona