Existen distintas maneras de enfrentar la competencia, por lo que describiré la que me gusta y creo que reporta los mayores réditos.
En los torneos, respeta a todos tus rivales, pero no le temas a ninguno. Respeta siempre a tus oponentes, pues si participan en campeonatos, es porque cuentan con las armas para competir.
Pero, por favor, nunca le temas a ningún adversario, por más trayectoria y títulos que tenga. El temor te paraliza, y te hace perder antes de ingresar a la cancha a disputar el partido.
Confía en ti, en tus capacidades, en lo que planificó tu coach y en las horas de entrenamiento físico, y técnico, que empleaste en tu preparación.
Entra a la pista y haz lo que entrenaste, lo que sabes hacer. No inventes nada. Nunca te achiques ante ningún rival, y mantente siempre concentrado.
Soy un convencido que no hay para qué empuñar la mano tras cada punto que se gana. A mi juicio, realizar ese gesto de forma reiterada enrarece el ambiente, y altera al adversario.
Empuña la mano y celebra con discreción los puntos realmente importantes, cruciales. No se los grites en la cara al otro jugador. Sé sobrio. Solo se trata de un partido de tenis, no de una guerra.
Nunca mires en menos a ningún contrincante, aunque vayas imponiéndote de forma holgada durante el encuentro. Pienso que la corrección y la humildad son fundamentales, y que el fair play resulta esencial.
Mira partidos en los mismos campeonatos en los que participas, y acostúmbrate a analizar a ambos jugadores.
Detecta y anota sus virtudes y defectos. Luego, elabora un plan de juego, como si te tocara enfrentarlos.
Así, estarás habituado a analizar a tus oponentes, percibir sus fortalezas junto a sus debilidades y sabrás qué hacer con la información recabada.
Eso también se puede entrenar.
Arturo Núñez del Prado / Profesor de Tenis / Periodista / arturondp@gmail.com
