El tenis es para valientes.
Pero no para aquellos que se creen valientes, porque nunca rehuyen una pelea. Tampoco para quienes piensan que son muy corajudos, pues jamás reconocen un error y tienen respuesta para todo.
El tenis es para los auténticos valientes, los que enfrentan los desafíos con aplomo, dominando su carácter y apegándose al fair play.
El tenis es un deporte en el que te quedas con todo, o sin nada, una vez terminado el partido. No se puede especular, ya que no existe el empate, como en otras disciplinas.
Se debe estar dispuesto a soportar, que meses de arduo entrenamiento se vayan por la borda en menos de dos horas, al perder en la primera ronda de un torneo.
En el tenis, no existen las excusas baratas.
Nunca he visto, por ejemplo, a un tenista de Copa Davis explicar que tomará ciertos recaudos y saldrá a jugar defensivamente, como sí lo he escuchado en otros deportes, porque estará en calidad de visitante, en cancha ajena, con público en contra y condiciones climáticas adversas.
En el tenis siempre se va con todo y por todo, donde sea y ante quien sea. El público presiona pero no juega, y la cancha influye, pero no existe un tenista que renuncie a atacar durante un encuentro.
En el tenis, todos recuerdan al ganador del campeonato, pero nadie retiene el nombre del cuartofinalista. O sales campeón, o no existes. Así de simple, así de duro.
Por eso, no son muchos los dispuestos a que su enorme esfuerzo caiga en el olvido, si no levantan la copa. Solo los auténticos amantes del tenis.
Los valientes de verdad.
Arturo Núñez del Prado / Profesor de Tenis / Periodista / arturondp@gmail.com