En marzo de 2015 Chile venció a Perú por la primera ronda del Grupo Americano II de Copa Davis. La contundente victoria por 5-0 hizo que Chile se enfrentara a México por la segunda ronda, del 17 al 19 de julio.
La fecha no era de las mejores para ser locales en nuestro país. El fenómeno del Niño prometía mucha lluvia sobre la zona central, así que se buscaron alternativas para llevar la confrontación a provincias, en un lugar con menos riesgo de precipitaciones. El cuaderno de cargos se entregó a varias ciudades, y se llegó a acuerdo para hacer la Copa Davis en Talcahuano, reinaugurando el Gimnasio La Tortuga tras los daños que sufrió en el tsunami de 2010. Se jugaría así la primera Copa Davis bajo techo en el sur de Chile.
La Municipalidad de Talcahuano se comprometió a financiar la producción de la serie, emitiendo dos facturas a la Federación, las que no fueron canceladas: una es del 17 de julio por $90.000.000, y otra del 8 de agosto por $88.499.999. El Alcalde Gastón Saavedra dijo que no podía pagarlas por un problema administrativo de la Municipalidad, pero que si la Federación lo demandaba y ganaba en tribunales la Municipalidad se vería obligada a pagar; se comprometió a no oponerse a la acción legal de forma que la sentencia saliera rápidamente. En esta línea el propio Alcalde asumió un compromiso señalando que no haría ningún tipo de gestión que significará un atraso en la decisión judicial para el cobro y pago de las facturas en el menor plazo posible.
Sin embargo, apenas la Federación ingresó la demanda la Municipalidad de Talcahuano presentó toda clase de excepciones y maniobras dilatorias con el fin de evitar el pago, desconociendo una vez más lo acordado e incluso sus propias declaraciones a medios de su región. Actualmente la causa (rol C-3295-2015) está en estado de ser fallada tras haber superado todas estas barreras.
Más allá del éxito que eventualmente tengan las gestiones judiciales, la actitud del alcalde de Talcahuano ha sido un fuerte golpe al interés por llevar partidos de Copa Davis a provincias. La Copa tiene costos de producción, montar la cancha, llevar el equipo, staff que trabaja en el evento, etc. Si no hay certeza del financiamiento de tales costos, se hace muy difícil sacar la Copa Davis de Santiago y la experiencia de Talcahuano muestra que, en el futuro, deben existir garantías financieras y legales muy sólidas para poder pensar en llevar una serie de Copa Davis a regiones.