Soy fanático del tenis desde hace mucho y como tal nunca tuve relación con la dirigencia del tenis, nunca supe quienes son, que hacen, ni que dejan de hacer por el tenis, solo me dedicaba a ver el talento del Chino, la potencia del bombardero, la garra del Vampiro y la ilusión de un clan comandado por Garin, pero inexorablemente pasando los años tuve que saber de ti y tu deterioro del tenis gracias al dolo.
Por ahí alguien dijo que el mejor trabajo dirigencial era el que no se notaba y mientras menos supiéramos de ellos (dirigentes) y más de jugadores era muestra irrefutable de la excelente labor desempeñada, déjame decirte José que este no fue tu caso.
No te conocía y no no fue para nada un agrado hacerlo, se rumorea que el desfalco económico fue sobre los 1.000 millones que la Federación tuvo una vez que te fuiste, pero sabes? eso ya no me duele, no me molesta que ahora te muevas en un Audi descapotable de más de 50 millones de pesos que compraste a nombre de tu hija para evitar sospechas, no me incomoda saber que coimeaste a muchos otros dirigentes, lo que realmente me duele es lo que tenis sufrió contigo.
Pensar que nuestra mejor generación histórica de jugadores fue administrada por la peor dirigencia histórica es una coincidencia que no quiero recordar, perder la casa del tenis donde se forjaron campeones mundiales y un ambicioso proyecto de don Carlos Herrera que terminó en un cerro colorado que no cuenta ni con las medidas reglamentarias es volver a pegarme cuando ya estoy en el suelo.
A veces pienso de donde salió tanto daño, ¿por qué? ¿a tanto puede llegar la ambición? y claro basta con leer un poco la prensa de hoy y darme cuenta del tipo de clientes que tienes en tu condición de abogado, si eres capaz de defender a Alberto Chang (NDR: estafó a cerca de 1.000 personas con más de 100 millones de dólares), o anteriormente defender a “Panchomalo” me responde gran parte de mis preguntas.
José, quiero que sepas que ya no te odio, lo hice por mucho tiempo, pero ya di vuelta la hoja porque lamentablemente en vida nadie podrá enjuiciarte, quizás pagues en el más allá, cerré un ciclo que espero me permita no volver a saber de ti, disfruta del dinero que quizás podría haber evitado muchos retiros de tenistas chilenos, pero por favor intenta no volver al tenis que aquí no serán bienvenido.
Atentamente
Cristian Lafourcade