Muchos se desmotivan, cuando les corresponde enfrentar a un jugador de un nivel tenístico inferior.
Esto resulta hasta cierto punto comprensible, pues a casi todos nos gusta que el desempeño del rival sea igual, o superior, al nuestro.
Pareciera que cuando practicamos con alguien que juega menos, el único beneficiado es el otro.
Creo que pensar así constituye un gran error, tanto si se trata de un entrenamiento, como de un partido.
Como afirma Pablo Arraya, cuando enfrentas a alguien tenísticamente inferior, concéntrate en entrenar tu juego ofensivo. En caso contrario, si tu partner es superior en el plano técnico y la bola viene más rápido de lo habitual, enfócate en practicar tus recursos defensivos.
Entonces, siempre existen aspectos en los que es posible trabajar y progresar, independientemente del adversario de turno.
Tener al lado opuesto de la red a una persona que no juega tanto, se presenta como la ocasión propicia para probar variantes tácticas o técnicas, por ejemplo.
Otra opción es utilizar solo el segundo servicio, o imponerse la obligación de alternar siempre los efectos de los golpes de fondo, para no ejecutar dos tiros seguidos iguales.
También puede ser la oportunidad perfecta para asumir el protagonismo, y ser uno el que tenga que imprimirle velocidad a la pelota ya que, en este caso, es poco probable que exista la opción de apoyarse en el golpe del adversario.
Aprender a atacar a una pelota sin peso, forma parte de los aspectos esenciales que cualquier tenista con aspiraciones debe dominar.
A veces, no resulta fácil ganarle a alguien de un nivel menor, porque no tiene nada que perder.
Estos jugadores, en muchas oportunidades sacan tiros inesperados, o no dan ritmo, por lo que ponen a prueba la paciencia del adversario y su fortaleza mental.
A esos contrincantes no hay que dejarlos crecer, porque después el partido se complica.
Entonces, te enseñan a salir con determinación e imponer los términos propios desde un principio, sin dejar espacio para las dudas.
Pero este tipo de rivales, no solo te aportan como tenista.
Jugar con alguien del club que ostenta un nivel inferior permite aplicar la reciprocidad, pues seguramente alguna vez hubo una o más personas, con experiencia en el tenis, dispuestas a pelotear o disputar un partido con nosotros, cuando recién empezábamos.
Se debe imitar a quienes fueron humildes y generosos con nosotros, porque eso nos vuelve mejores personas.
Y esa oportunidad, nunca hay que dejarla pasar.
Arturo Núñez del Prado
Periodista
Profesor de Tenis
arturondp@gmail.com