En esta columna, me referiré a tres aspectos de los que se habla poco, pero que para mí resultan muy relevantes.
Se trata de los pasos de ajuste, la adecuada relajación corporal del jugador y el desarrollo de su capacidad de análisis.
Pasos de ajuste: He visto que se pone mucho énfasis en diversos aspectos técnicos del entrenamiento de juveniles, pero percibo que se le otorga poca importancia al trabajo de los pasos de ajuste.
Este tipo de desplazamientos, se encuentran constituidos por los pequeños pasos que se deben dar al aproximarnos a la pelota.
Entre más cerca estamos de la bola, más cortos tienen que ser esos pasos.
Esto nos va a permitir ser precisos en nuestros desplazamientos, y situarnos a la distancia ideal para impactar cada pelota.
Por lo general, lo que veo es que el último de estos pasos de ajuste es demasiado largo.
Este problema, ocasiona que quedemos fuera de distancia respecto a la bola.
Un último paso muy grande nos puede dejar demasiado cerca de la pelota, o bien significativamente lejos, lo que incide en la efectividad del golpe.
Relajación: Según mi experiencia, muchos jugadores con revés a dos manos tensionan la zona del cuello y los hombros, cuando desean imprimirle velocidad a sus tiros.
Y el resultado es el opuesto al que se busca.
Producto de la rigidez que se apodera de la zona tensionada, el golpe pierde fluidez y no transmite velocidad a la pelota.
Entre punto y punto, sugiero verificar la posición de los hombros y concentrarse en respirar, lo que resulta fundamental para distender el cuerpo.
En el revés a dos manos, ambas muñecas también deben encontrarse relajadas.
Esto constituye una gran ayuda, para imprimirle top spin a la bola.
Desarrollo de la capacidad de análisis: En la sociedad actual, que exige ser productivo cada segundo, darse tiempo para pensar parece una pérdida de tiempo.
Muchos jugadores acaban de ser derrotados y, saliendo de la cancha, ya están hablando del próximo torneo.
Como si la receta para progresar, fuera olvidar y pasar a otra cosa.
Está bien mirar hacia adelante, pero no se puede dar vuelta la hoja sin haber analizado, en profundidad, qué se hizo bien y qué se hizo mal durante un partido
Si no se tiene absolutamente claro por qué se perdió, los errores cometidos en ese encuentro se repetirán en el futuro.
Es labor de los entrenadores, inculcarles a sus alumnos el hábito de reflexionar sobre lo sucedido en la cancha.
La persona que desarrolla su capacidad de análisis disfruta tanto de beneficios deportivos, como también personales ya que la costumbre de examinar situaciones, puede aplicarse a todos los ámbitos de la vida.
Arturo Núñez del Prado
Periodista
Profesor de Tenis
arturondp@gmail.com