En mayo de 1995, el chileno ganó en Italia su primera corona en el circuito.
Marcelo Ríos no necesitó mucho tiempo para convertirse en campeón primerizo del ATP Tour, y así seguir satisfaciendo tantos augurios que inspiraba su talento. En la penúltima semana de mayo de 1995, siendo con 19 años el tercer jugador más joven del Top-100 del FedEx ATP Ranking, y apenas un año después de su primer partido ganado en el circuito (v. a Marian Vajda en Barcelona 1994), el zurdo demostró que pertenecía a la élite levantando el trofeo en Bolgna, Italia, a casi doce mil kilómetros de distancia de su natal Santiago de Chile.
Ríos llegó a ese torneo con récord de temporada de 8-6 en el ATP Tour, y habiendo perdido la semana anterior en el ATP Masters 1000 de Roma contra el No. 17 Stefan Edberg. En Bologna todo le salió al entonces No. 67 del mundo. Derrotó a Mark Philippoussis en semifinales para alcanzar una final a nivel de gira por primera vez en su carrera. Se citaba con un viejo conocido: el uruguayo Marcelo Filippini, contra el que tenía récord de 1-1 luego de cruzarse en Memphis y en Barcelona durante ese mismo año.
El nacido en Montevideo contaba con más experiencia, incluso buscaba su cuarto título en el ATP Tour y había sido No. 30 del mundo. Y Ríos apenas era el quinto chileno en una final del circuito, y el primero en ocho años desde que Pedro Rebolledo había ganado la disputada en St. Vincent en 1987 (v. a Cancelloti). Pero el chileno jugó ese domingo 28 de mayo de 1995 como si tuviera más bagaje del que su palmarés indicaba.
Se impuso por 6-2, 6-4 en una hora y 14 minutos, luego de salvar dos de cuatro break points y de romper en cinco de ocho posibles el servicio del uruguayo, entonces No. 63 del mundo. “Cuando gané el primer torneo fue el momento más especial de mi carrera. Fue muy especial haber ganado mi primer trofeo ATP”, aseguró Ríos hace un tiempo para ATPTour.com, ya en condición de ex tenista luego de 391 partidos ganados.
Con esa victoria, apareció al día siguiente en el Top-50, un selecto grupo en el que nunca había estado antes. Además, se convertía en el cuarto chileno capaz de ser campeón ATP en la Era Abierta, tras sus compatriotas Jaime Fillol, Rebolledo y Hans Gildemeister. “Ese momento fue uno de los más felices de mi carrera. Ese y retirarme”, añadió Ríos.
Además, ese título lo llenó de la confianza suficiente para ganar dos títulos más en la temporada: en la arcilla de Ámsterdam y en la moqueta de Kuala Lumpur, esenciales para terminar 1995 dentro del Top-25 del FedEx ATP Ranking. Lo que seguiría para el zurdo de Santiago sería histórico para su país. En mayo de 1996 irrumpiría en el Top-10 y en marzo de 1998 se convertiría en el primer sudamericano en llegar al No. 1.
Es inevitable recordar cada mayo su conquista en Bologna 1995 para repasar su ilustre carrera en el circuito.
FUENTE: atptour.com