¿Qué sucede cuándo un torneo por distintas circunstancias (lesión de algún jugador; clima; temas sociales o de “contingencia”) no se puede finalizar? Son pocos los casos, sin embargo, han existido en nuestro país este tipo de circunstancias y Tenis Chile las rememora, además de explicar reglamentariamente lo que acontece ante esas eventualidades.
Principalmente, el factor climático emerge como el más recurrente. Ello aconteció en la final de un challenger disputado a inicios de los 90` en el Stade Francais cuando emergía el enfrentamiento entre Marcelo Ríos y Gabriel Silberstein, según Leonardo Zuleta “quedó sembrada la duda sobre quién ganaría porque había una rivalidad”.
“Estaba partiendo su carrera el chino y eran partidos a muerte con Gabriel. De hecho en la Copa Milo, en el estadio Israelita, jugaban otra final y no se daban ventaja. Durante el duelo, el chino rompió nueve raquetas y tuvo que seguir jugando con algunas prestadas”, comentó Ezequiel Carvajal. Era 1993 y el “gorila” venció a Ríos, que a los pocos días se consagraría como el juvenil número 1 del mundo.
La lluvia también afectó a los futuros de Antofagasta y Viña del Mar en los años 2011 y 2012 respectivamente. A priori, y ante ese panorama, la organización decidió reasignar los horarios de los partidos y las canchas, pero a medida que la lluvia fue acercándose al fin de semana la situación se tornó inviable y en definitiva no se logró concluir el torneo.
“Recuerdo que en Antofagasta llovió y el torneo quedó en cuartos de final. En definitiva se pagó la ronda hasta la que se llegó a los jugadores que accedieron a esa fase”, señaló Ricardo Urzúa.
Por su parte Cristóbal Saavedra estuvo presente en la ciudad jardín y de hecho fue campeón en singles, “en dobles no se logró cerrar el certamen, lo que no recuerdo, es si definitivamente se suspendió o se jugó a los 4 games”. Precisamente en el desaparecido ATP de Viña en 2008, Juan Mónaco no pudo disputar el partido decisivo por una lesión en el tobillo.
Lamentablemente, para las pretensiones del argentino, ya instalado en la final tras derrotar en semis a Santiago Ventura por 6-2 6-4, más tarde en el partido que disputaba junto a “Machi” González contra José Acasuso y Sebastián Prieto, Mónaco tropezó con una silla de un juez y se produjo un esguince de grado 2 acompañado de rotura de ligamento. Por tanto el trasandino quedaba automáticamente descartado para jugar tanto el partido de dobles, como la final. Curiosamente, la otra semifinal entre Fernando González y Pablo Cuevas se convirtió automáticamente en la final del torneo de Viña del Mar.
Para el juez de silla, árbitro internacional y supervisor Pedro Bravo, “se puede suspender un torneo que está en desarrollo por dos motivos: primero por lesión, de un jugador con lo cual el vencedor es automáticamente el rival y no hay nada más que hacer y eso sucedió precisamente en el caso de Mónaco; la otra categoría es por factor climático. Me ha tocado estar en torneos en los que ha llovido toda la semana con muy pocos intervalos para jugar los partidos y se ha atrasado el desarrollo del mismo inevitablemente”.
“De llegar a esa situación y se retrase todo incluso hasta la final del día domingo, lo que se hace es la posibilidad de extender el torneo un día más. Si ni siquiera es factible jugar en ese momento, existe la opción en un torneo posterior cercano a la fecha de éste, previo acuerdo entre ambos jugadores. Esto sucedió una vez en Niza antes de Montecarlo y se les permitió disputar la final ahí, más una breve ceremonia resolviéndose satisfactoriamente el tema”, agregó Bravo.
“En caso que no se pueda jugar ese partido definitorio por incompatibilidad de ambos jugadores, se declara desierto al campeón y ambos jugadores reciben el puntaje y premio del vicecampeón. Cualquier otro caso debe tratarse específicamente como lo que pasó en Copa Davis entre Chile y Suecia o lo de Antofagasta y Viña del Mar y el comité ejecutivo decide qué se debe hacer”, concluyó Bravo.
Finalmente Mónaco se tomó revancha cuatro años después, logrando su primer festejo en Viña del Mar, en la edición 2012 del VTR Open, tras vencer en la final por 6-3, 6-7(1) y 6-1 a su compatriota Carlos Berlocq y así quedarse con el cuarto título de su carrera en el Club Naval de Campo Las Salinas.
Otra final tristemente suspendida fue la jugada por Daniela Seguel en noviembre de 2016, mientras desarrollaba el partido por el título ante la brasileña Paula Gonçalves. La raqueta número uno de Chile ganaba el encuentro por parciales de 6-4 y 2-1 cuando su padre Jorge sufrió un desmayo. Pese al complicado momento, y después que su papá recibió los primeros auxilios y fue trasladado en ambulancia, Seguel siguió jugando hasta el 4-4 cuando finalmente se retiró condicionada por las circunstancias.
Definitivamente Jorge Seguel falleció en la Clínica UC de San Carlos de Apoquindo a los pocos minutos de su ingreso producto de un accidente cardiovascular. “Había tenido una semana muy linda, con muy buenos resultados y buen tenis, saqué adelante partidos muy duros, por lo cual estaba muy contenta. Lamentablemente no se terminó de la mejor manera por lo sucedido ese día. Fue una pérdida muy dolorosa, que me va a marcar siempre. No pude seguir jugando. Fue el momento más triste, el más difícil, el más doloroso”, señaló a Tenis Chile la “Pantera”.
El resto de la historia de match “inconclusos” nos lleva a Copa Davis. Ahí tenemos en el archivo tres casos emblemáticos: la “fuga” de los suecos tras el terremoto de 1985; los sillazos en el Parque O’Higgins ante Argentina y el problema de la cancha iquiqueña ante los colombianos el año pasado.
Era la tarde del domingo 3 de marzo de 1985. En ese momento, en el hotel Sheraton de Santiago se encontraba el equipo sueco de Copa Davis, campeón vigente del torneo y que contaba con dos tenistas que, durante su carrera, fueron número 1 del mundo: Mats Wilander y Stefan Edberg, el cual enfrentaría al equipo chileno de Hans Gildemeister y Pedro Rebolledo en el Estadio Nacional entre el viernes 8 y el domingo 10 de marzo por la primera ronda del Grupo Mundial.
“Tuvimos mucha mala suerte porque justo se produjo el terremoto cuando estábamos cenando en el hotel”, dijo Edberg respecto a lo sucedido en ese entonces. Tras las réplicas del terremoto 7,7, los suecos optaron por pedir que el enfrentamiento no se jugara y se fueron del país con destino a Río de Janeiro. El capitán sueco Hans Olsson reconoció que podían perder el partido debido a su decisión y el árbitro canadiense Len Allard señaló originalmente que el partido podía jugarse sin problemas porque el estadio estaba en óptimas condiciones. Pese a ello y producto de las presiones suecas, la Federación Internacional de Tenis no dio a Chile como ganador y decidió reagendar el encuentro para el fin de semana del 19-21 de abril de ese año.
Sin Wilander y Anders Jarryd -quienes se negaron a volver- pero con Edberg y Henrik Sundström -dos de los mejores jugadores del planeta- Suecia derrotó 4-1 a Chile.
El siete de abril del año 2000, por semifinales del Grupo I de la Zona Americana de Copa Davis, Chile fue local ante Argentina en la Cúpula del Parque O’Higgins (actual Movistar Arena). En la disputa del segundo punto de la serie, entre Nicolás Massú y Mariano Zabaleta, el público local tuvo un pésimo comportamiento y todo culminó con el peor bochornoso en la historia del tenis chileno.
Según prensa de la época, todo comenzó luego que Mariano Zabaleta agrediera a un pasapelotas, luego que este último escondiera un proyectil que había sido lanzado desde la tribuna. Lo anterior gatilló la reacción de la hinchada chilena, que comenzó a lanzar sillas de plástico, naranjas y otros elementos; lo que obligó a suspender la serie.
En definitiva el equipo argentino se retiró, argumentando temor a que esto se repitiera. Chile fue declarado ganador, pero debió cumplir dos años de Copa Davis sin poder jugar como local y una multa de US$ 47.800.
Finalmente, en julio de 2016 la serie entre Colombia y Chile por el Grupo 1 de la Zona Americana de la Copa Davis, sufrió distintas problemáticas producto del mal estado de la cancha del Centro Recreacional Huayquique. La apertura sufrió un desfase de un día tras la tormenta de arena que aquejó a Iquique.
En definitiva, no hubo caso: tras el ya comentado “show” de Santiago Giraldo y la destrucción de los camarines por parte de los doblistas cafeteros, el equipo chileno se quedó con la serie de Copa Davis. Gonzalo Lama aventajaba por 6-4 y 5-2 al colombiano que no quiso seguir jugando y se retiró.
Con este triunfo, el equipo nacional aseguró la serie por 3-1 y ganó un cupo en el repechaje del Grupo Mundial, que se jugó sin pena ni gloria ante Canadá.
Por: Rodrigo Sánchez