Las prácticas de varias horas, no necesariamente son sinónimo de haber entrenado bien.
Los entrenamientos deben ser planificados, en cuánto a intensidad, frecuencia y otras variables, entre las que también figura el tiempo, por cierto.
Los objetivos de las prácticas pueden ser, a grandes rasgos, técnicos (correcciones de los distintos golpes) o tácticos (las diversas maneras de atacar y defender).
Y una de las formas de entrenar más usadas por los coaches para que sus pupilos mejoren en el aspecto táctico, es el trabajo con canasto.
Me gustan los drills, pero creo que por lo general se realizan de manera incompleta.
Un drill simple puede constar, por ejemplo, de tres pelotas: un derecho desde el fondo de la cancha, un tiro de aproximación de revés y una volea de derecho.
A mi entender, ese ejercicio no corresponde a la realidad de juego, pues tiene carencias.
¿Por qué?
Porque cualquier situación de juego que se presenta en un partido, comienza con un servicio o una devolución de saque.
Por lo tanto, desde mi punto de vista, lo primero es que el alumno saque. Solo entonces el entrenador tiene que lanzar las pelotas, de acuerdo al ejercicio planificado.
El profesor también puede sacar desde la línea de servicio, con el fin que el tenista ejecute una devolución, para con posterioridad lanzar las bolas en concordancia con el trabajo ya establecido.
Pienso que así, las prácticas con canasto se acercan mucho más a la realidad que el jugador encontrará, cuando dispute un match.
Como lo mencioné, nunca hay que olvidar que en los partidos, toda jugada empieza siempre con un servicio, o una devolución de saque.
Y un drill no es otra cosa que la simulación de una jugada.
Arturo Núñez del Prado / Profesor de Tenis / Periodista / arturondp@gmail.com