Pedro Bravo lleva toda una vida ligada al tenis y desde distintos ámbitos: primero como jugador en Viña del Mar, luego en una destacada carrera como juez de silla localmente, escalando –como él reconoce-“en forma muy autodidacta”.
Recuerda que en la década del 70´, “el arbitraje no era profesional ni había proyección, no era una carrera a seguir, era solamente vocación. Me llamó la atención, porque siempre estuve en el mundo del tenis,el paso al arbitraje no es fácil: no es necesario jugar tenis ni saber todo el reglamento, sino saber usarlo y tener mucha interpretación, criterio y sentido común”.
“A nivel categorías cuando empecé era muy distinto, partí siendo chapa verde y luego pasé a una internacional con chapa azul. El año 87 MTC dirigía el tenis y ya se cumplen 30 años desde que saqué mi certificación internacional. Trabaje en Roland Garros desde laqualy hasta la final masculina en cancha central. Me acuerdo que jugó IvanLendl vs MatsWilander. Fueron muchos partidos y era mucha responsabilidad. Fue mi Grand Slam preferido y un sueño”, señaló Bravo.
A partir de ahí empezó a viajar alrededor del mundo. “Me fui al curso de Roland Garros por 15 días y volví luego de seis meses de recorrer el mundo arbitrando. El año 89 fue en el que más torneos hice, 42 en total. Es una gran demanda de tiempo. Posteriormente en1990 la ATP creó un grupo exclusivo de 8 arbitros “Full time” a nivel mundial personas hasta 2009,full time, y 10 años después pasé a la categoría de supervisor de torneos”, afirmó.
Como supervisor, Pedro Bravo logró posicionarse en otra vereda, la de organizar, emitir informes y fiscalizar hasta el más mínimo detalle. Eso, según comenta, le da “una gran experiencia para luego poder uno independizarse y actuar en producción torneos, como me sucedió en Viña hasta 2014, los tres años que duro el ATP de Bogotá y actualmente en las tres ediciones del ATP de Quito”.
No se puede desconocer la historia y trayectoria del mejor árbitro chileno de la historia del tenis, desde sus inicios en el Club de Tenis La Unión en su natal Viña del Mar en el cual pasaba de la práctica del tenis a sentarse en la silla y tomar decisiones. Rememora que estuvo en cancha con Patricio Cornejo, Patricio Rodríguez, Jaime Pinto y muchos otros más extravagantes como un español de apellido Bravo y un jugador hindú que “se hacía un tomate en la cabeza y usaba turbante”.
Hoy reconoce que hay carencia de árbitros en nuestro país. “Para dedicarse a esto primero debe gustarte mucho el deporte, son muchas horas al sol, de concentración,debes estar dispuesto a mirar y estar 100% concentrado durante el desarrollo de un partido. Además hay que dejar a la familia y por cierto tener disposición a ser corregido e interactuar y tener buena relación humana con las demás personas. Finalmente, el inglés es fundamental, mis padres me inculcaron idiomas y eso resulto de vital importancia para hacer carrera en el arbitraje”.
Respecto a las técnicas y tips a seguir, Pedro Bravo estima que no todo es tener, “buena vista, en esos años no había ojo de halcón. Uno debe estar más concentrado en la pelota y ver como rebota, al respecto, su proceso entra en un punto y sale en otro y ahí efectivamente pueden haber 15 cm de margen. En ese sentido, la gente solo ve cuando la pelota sube después de picar en el piso. En definitiva, hay una serie de cosas y trucos y la forma de mirar y seguir el juego no es lo más importante, nosotros no miramos el desarrollo del mismo estamos enfocados en la pelota y su desenvolvimiento, incluso anticipándola siguiendo la línea, además de ver por ejemplo, el cumplimiento de los tiempos reglamentarios por parte de los jugadores”.
Entre las situaciones tensas que le tocó vivir, resalta las descalificaciones de Cedric Pioline en Nottingham, la de Daniel Kollerer en México o la de Jeff Tarango en Nueva Zelanda. “Era complicado tratar con jugadores conflictivo. Hoy las reglas son más estrictas, no hay margen como en aquellos años con jugadores como Mac Enroe, Connors, Lend y otros”.
En cuanto a curiosidades, se le viene a la mente cuando empezaron a funcionar inesperadamente los regadores en Wimbledon y se debió suspender el encuentro. Como anécdota, nos cuenta que en Polonia,“una chica me pidió a última hora en la noche del viernes antes del inicio del torneo si la podíamos acercar con transporte de grupo de árbitros a su hotel, conversamos y me decía que encontraba mi trabajo muy interesante en cuanto a viajes por el mundo y le respondí que debe hay un calendario que seguir y cumplir. A modo de ejemplo, le señalé que ese día estaba de cumpleaños y me tocótrabajar, lejos de mi casa y familia. Al día siguiente ella organizó con el torneo que me celebraran el cumpleaños. Otras fechas importantes y celebraciones las perdí, incluso cuando falleció mi padre estaba en San Marino y deje botado el torneo. Sin embargo, he conocido los 7 mares y 5 continentes, no me puedo quejar jajaja”.
A nivel referentes, reconoce al estadounidense Richard Kaufman, el inglés Gerry Armstrong y de los actuales, Carlos Bernardes y Mohamed Lahyani, “un chico de antepasados marroquíes que se crio en Suecia, lo veía siempre muy interesado en aprender y nos preguntaba cosas, es muy agradable”.
Pedro Bravo tiene muchos proyectos en mente, entre los que destaca propuesta a nivel arbitraje a la Federación de Tenis de Chile. “En nuestro país el tema no está muy desarrollado y espero tenga buen resultado a partir de mi experiencia y así aportar a la generación de nuevos árbitros. El año pasado recibí llamada pidiendo ayuda en este tema, porque para torneos internacionales en Chile, deben traerse árbitros desde el exterior”.
Por otro lado, tiene avanzadas las negociaciones para organizar un circuito senior por equipos, “será con tres puntos, divididos en dos singles y un doble. También tengo en carpeta la organización de torneos futuros y challenger. Estoy hablando para ver esto en alguna ciudad para la segunda mitad del año ya tenemos la experiencia en Talca y eso nos da un valor agregado”, concluyó.
Por: Rodrigo Sánchez