Se termina una etapa, un lindo proceso deportivo, social y de bienestar para miles de personas que durante 40 años, fueron parte del Club 140 de Maipú, proyecto iniciado por Miguel Ángel y Francisco Miranda, amantes del tenis, que vieron la posibilidad de hacer una cancha en Avenida Central Gonzalo Pérez Llona y tras colocar un letrero que decía “se hacen clases de tenis”, marca un punto de inflexión en la vida de los amantes del deporte de esa comuna.
Y de ahí se inicia una linda historia, que el próximo 27 de agosto finaliza con el cierre del club y el “tío pancho” nos cuenta con enorme nostalgia.
¿El nombre 140 va más allá de una simple coincidencia por la numeración del terreno?
“Ahí viene la primera anécdota jajaja: cuando con Miguel Ángel colocamos la primera cancha, había inquietudes de los clientes y comercialmente había que buscarle un nombre al club, entonces pensamos en colocarle quizás Rancho Miranda. En ese tiempo era moda: Fillol Gildemeister, Cornejo, todos eran ranchos jajaja”…
Ahora todas son academias…
“Efectivamente jajaja, teníamos dos canchas no más así que ni daba para eso, por eso le pusimos el nombre, por la numeración de la calle. Después pensamos en cambiarlo y no se pudo,ya la gente lo había identificado así”.
Y todo partió por un simple letrero…
“Efectivamente, desde ese instante empezó a llegar gente y nos hicimos conocidos por prestar este servicio, después nos pusimos más ambiciosos e instalamos el resto de canchas. Llegamos a tener 120 alumnos y recuerdo que el año 83 ya el tenis no fue suficiente, hicimos la piscina, después el gimnasio y otras áreas comunes y ahí se pudo solventar el club”.
Pasaron por distintas épocas y circunstancias sociales ¿Cómo sobrevivieron a eso?
“Pasamos un montón de crisis de ese tipo con mi hermano y sacando un balance, fue todo más positivo y todos esos periodos políticos, económicos, crisis asiática y otros los pudimos solventar. Incluso, una vez nos iban a expropiar el terreno, porque iba a pasar una autopista por arriba del club”.
¿Esa última fue la más fuerte en los 40 años?
“Si, lo más complicado, recuerdo que 20 propiedades desaparecían a inicios de los 90´, pero nos salvó que ese proyecto pasaba por sobre el patrimonio histórico de Maipú, fue una pelea grande que se dio y afortunadamente ganamos”.
¿Alguna otra que recuerde?
“El toque de queda por ejemplo, los apagones en la década del 80´”…
Pese a ello ustedes contaban con canchas iluminadas
“Era unlujo, el año 83´ recién pudimos hacerlo con todas las canchas, de hecho era tan buena la iluminación que Cristóbal Kauffmann vino a jugar y quedó fascinado, de hecho me pidió el dato, le recomendé a la persona que lo llevó a hacer trabajo en su casa.
¿Elementos distintivos o diferenciadores del club?
“El 140 es atípico, es muy familiar, está ubicado dentro de una comuna de clase media y una de las más grandes de Santiago. Aquí se dieron muchos temas de convivencia, asados, actividades sociales, torneos de todas las categorías”…
Incluso con invitados ilustres…
“Aquí estuvo el chino Ríos participando de un torneo, también recuerdo a Gervasio, quien hizo de esto su segunda casa antes de fallecer, era un tipo muy simpático, incluso le hice clases de natación a la Millaray su hija.
¿Qué recuerdas de él?
“Era un rock star, se paraba al lado de la cancha 1 y llegaba a desafiar para jugar dobles a quien sea jajaja”.
¿Era bueno para el tenis por último?
“Ahí no más jajaja era un cuarta categoría y le gustaba jugar dobles jajajaja, muy simpático y correcto”.
¿Jugadores y socios destacados?
“Guillermo Núñez, Luis Valdés, Luis Matte, Marcelino Contreras, Waldo Farías, dentro de los que recuerdo. Y a nivel staff, por supuesto a Alex Varela, quien lleva 20 años con nosotros también lo destaco, llegó de Australia, después se fue a Canadá, pero volvió y creó una linda escuela, yo descansé en él para dedicarme a la parte administrativa”.
¿Alguien más que recuerde?
“Pese a que no convivíamos con temas políticos, alguna vez vino a pedir el salón Andrés Alllamand, una persona muy correcta y agradable”.
Dentro de las anécdotas, supe por ahí que tenía un par de alumnos ilustres en la escuela jajaja
“Siiii jajaja, cuando hacia la escuela de tenis y me tocaban mis sobrinos gemelos, Vicente y Marcos, les ponía en la frente con un plumón una V una M para diferenciarlos. Eran igualitos jajaja”.
¿Cuál fue el mejor periodo del club 140?
“Cuando el chino Ríos fue número uno del mundo, había que colocar canchas para arrendar hasta en los estacionamientos jajaja”.
¿Verdad que un jugador del club le ganó a Ríos?
“Con 13 años le ganó Ignacio Díaz hijo de un amigo, que le gano ni más ni menos que a nuestro referente del tenis”.
¿Otros referentes?
Massu y González, pasaron por aquí en los noventa los torneos de menores, también Capdeville, Óscar Bustos dentro de los que recuerdo”.
Con Sergio Cortés había buena onda…
“Justamente, Sergio era de Maipú y un tío de él lo trajo desde Antofagasta y quería entrenar, así que lo recibimos acá. Un día el partner lo dejó botado y me dice si jugamos un rato, yo fascinado de raquetear con él, fue extraordinario. Una gran persona, me llevo los mejores recuerdos de él”.
Hoy se cierra una etapa y un lugar que fue importante en la vida de muchas personas…
“Cuando uno se propone un proyecto hay que ser valientes y creativos para poder subsistir. Nos vamos con el convencimiento profundo que el deporte es la solución para tantos malos sociales, es un antídoto. Tengo la convicción que en vez de hospitales había que hacer más centros deportivos”.
¿Cómo ha podido controlar la tristeza?
“Siento un profundo dolor, esto fue mi vida en un 100%, pero hay que reinventarse. Ha sido complicado, hay que cerrar etapas, nada es para siempre, esto es atípico, nadie daba un peso por nosotros y con mucho esfuerzo nos hicimos un nombre y un espacio”.
¿Cuándo se dio cuenta que no podía seguir más?
“Me negué hasta el último momento, es como cuando se muere un pariente querido y”…
No ha podido desconectarlo artificialmente…
No, ni siquiera eso, no lo puedo dimensionar, no sé qué pasará en ese momento, el deporte para mi es más de lo que se puede imaginar cualquier persona,estoy muy apegado sentimentalmente a la actividad que desarrollamos aquí durante años”.
¿Qué legado deja?
“Un profundo amor por la actividad física, como algo integral que se fue traspasando durante 40 años por generaciones”.
Por: Rodrigo Sánchez