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2025-09-13

Columna de Arturo Núñez: “Éxito y respeto”

Estoy convencido que la clave del éxito en el tenis, radica en dos verbos: mantener o sostener.

Mantener un equilibrio en el éxito o fracaso; sostener un vínculo duradero con un entrenador; sostener en el tiempo una mejora en el nivel de juego.

Si no se mejora de forma sostenida, por ejemplo, ese mayor nivel se convierte en un hecho aislado y pasajero, por lo que no incide en el rendimiento promedio del deportista.

Mantener una actitud positiva frente a los obstáculos; mantener la humildad y los mismos amigos cuando llegan las victorias; mantener siempre las ganas de competir y mejorar.

Para ser un campeón no hay que conjugar seguido el verbo ganar.

Se debe conjugar continuamente el verbo sostener o mantener, que será el pilar que llevará al triunfo al jugador.

Sin embargo, como la vida es caprichosa e injusta es posible que, mereciéndolo, el éxito no sea una visita frecuente.

“No todos pueden ser campeones, pero todos pueden mejorar”, me dijo una vez el destacado entrenador nacional Carlos Marchant.

Cuánta razón tiene Carlos, porque esa afirmación deja claro que siempre va a valer la pena intentar, entrenar y competir, aún si no llegan trofeos, copas, ni galvanos.

Porque aunque no se obtengan títulos, un logro enorme que merece ser celebrado es que un tenista ponga todo su esfuerzo, y consiga convertirse en su mejor versión.

Y pese a que a ese jugador nadie le otorgará una copa o trofeo por alcanzar ese objetivo, ni eso se verá reflejado en su ranking, habrá ganado autoestima y el respeto de todos, lo que no tiene precio.

Hablando de respeto, he visto falta de respeto y gratitud  de algunos jugadores que casi no saludan, o derechamente no saludan, a quien fue su entrenador en una etapa importante, al encontrárselo en un torneo.

Como en la actualidad tienen otro coach, el anterior ya no les es útil, hoy no les sirve, así que no se dan la molestia de saludarlo como corresponde.

No saben aún que la vida da muchas vueltas, y que siendo maleducados siempre pierden más de lo que ganan.

La falta de gratitud nunca es beneficiosa.

Es más, en la gratitud también está la clave del éxito.

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